Si eres un líder entusiasta y vibrante, capaz de arrastrar a los demás hacia una visión ambiciosa y atractiva del futuro, tu estilo es el de un líder visionario. Es común cometer el error de pensar en un líder visionario como aquél que es capaz de imaginar una visión innovadora y diferente del futuro. Parece que el visionario tiene una mirada que llega mucho más lejos que la de los demás. Pero esa no es la característica más importante del líder visionario. Lo que le identifica sobre todos los demás estilos es su capacidad para arrastrar a los demás hacia lo que considera que es la visión, la meta o el objetivo. Puede que esta visión no sea especialmente innovadora o creativa. El líder visionario la hará igualmente atractiva y estimulante a los ojos de sus seguidores o los miembros de su equipo. Por cierto, en este estilo de liderazgo es en el que de forma más clara se define como seguidores a los que rodean al líder porque le siguen hacia la meta. Un líder visionario atrae bajo la consigna "venid con migo hacia esta meta".

El líder visionario se ocupa de articular la visión de manera que sea estimulante y que enganche emocionalmente a los miembros de su equipo. Un líder visionario es capaz de traducir un objetivo tan aburrido como “incrementar las ventas de este producto en un 10% sobre el año pasado” en otro tan estimulante como “gracias a vuestra contribución, vamos a hacer que este año destrocemos el objetivo del año pasado vendiendo nada menos que un 10% más. Será nuestro record histórico. Nunca nadie antes lo había conseguido y nosotros lo vamos a conseguir. Una vez más, haremos historia.” Es lo mismo, pero no es igual.

Los líderes visionarios se ocupan de crear o articular la misión y trasladarla con entusiasmo y energía al equipo. Hacen de ésta una acción muy positiva y constructiva. Dedican tiempo y esfuerzo a que todo el equipo conozca la visión y la comparta. El hecho de que genere este enganche emocional del que hablamos no quiere decir, ni muchísimo menos, que la visión sea difusa o indefinida. Un líder visionario asocia de forma biunívoca un objetivo muy concreto a la visión que ha creado. Así, hay componentes emocionales íntimamente ligados a los elementos más racionales, concretos y observables.

Otra característica clave del líder visionario es que se ocupa de que cada uno de los miembros del equipo sepa cuál es la contribución que se espera de él o ella para alcanzar el objetivo. Esto tiene un efecto enorme en la motivación de las personas para conseguir que el equipo alcance la meta pues se produce la integración de los dos elementos clave del trabajo en equipo: el objetivo compartido y la contribución individual diferenciada para alcanzarlo.

Esta forma de trabajar consigue también que el compromiso del equipo con el objetivo y con las acciones diseñadas para alcanzarlo sea máximo. La gente que trabaja para líderes visionarios entiende muy bien qué es lo que importa y por qué.

Al enmarcar las tareas de los individuos dentro de una visión mayor, los líderes visionarios definen maneras de trabajar que giran en torno a esa visión. Cuando un líder con este estilo da un feedback sobre el rendimiento, tanto si es positivo como negativo, el criterio que más cuenta es si el comportamiento ayuda o no alcanzar la misión. Los criterios para el éxito son muy claros para todos, así como las recompensas que se obtendrán si aquél se alcanza.

El estilo visionario tiene un gran impacto en la flexibilidad. Un líder con este perfil deja bien claro cuál es el objetivo final y suele dejar mucho recorrido a las personas de la organización para definir la manera de llegar a él. Un líder visionario da a su equipo libertad para innovar, experimentar y asumir riesgos calculados.

En qué contextos funciona bien el estilo visionario.

Debido a su impacto positivo, el estilo visionario trabaja bien en casi cualquier ámbito de negocio pero es particularmente eficaz cuando una organización se encuentra a la deriva o muy desorientada. Un líder visionario es capaz de trazar un nuevo rumbo y de “venderle” a su equipo una visión fresca y renovadora a largo plazo. Es especialmente eficaz cuando las metas a alcanzar son muy ambiciosas y también es muy alta la ambición de los miembros del equipo para alcanzarlas y superarlas. También funciona bien si el equipo tiene costumbre de trabajar con elevada autonomía.

En qué contextos no funciona bien el estilo visionario.

A pesar de lo potente que puede llegar a ser este estilo, no siempre funciona bien en cualquier situación. Este modelo es poco eficaz, por ejemplo, cuando el líder dirige a un equipo de expertos o iguales que tienen un mayor conocimiento o experiencia que él en una materia concreta. El equipo puede llegar a percibir a dicho líder como hueco y algo alejado de la realidad. Además, existe el riesgo de que un líder visionario adopte un tono despótico que puede destruir el efecto igualitario que se puede producir dentro de un equipo de alto rendimiento. No obstante, a pesar de estas limitaciones, sería interesante que los líderes sacaran este estilo “de su bolsa de palos de golf” más a menudo. Quizás no consigan un hoyo de un solo golpe, pero les ayudará, sin duda, para obtener resultados de largo alcance.